miércoles, 30 de julio de 2014

EL OJO DEL HURACÁN, poema de Óptica del desierto...

Es posible,
sean los amenes generosos,
el equilibrio de las nueces,
la miel y el trigo.
Es posible.
¡Qué se acabe el desierto
en el alma del guerrero
y del hambriento!
¡Qué un ojo de agua amazónico
los colme de amores y broten
ríos portentos de recién nacida humanidad
en la mirada de las almas!
¡Qué el flamboyán sea
la única arma de sangre
para sus sangres!
¡Qué la blanca paloma reme
por efluvios vitales:
secreciones, sudores
y estornudos!
¡Y sea el perdón sosegado
en el iris de sus manos!

¡El rocíopaz, desembarque!

¡Qué Dios firme la orden de la Vida:
El ojo del uno únase
con el ojo de la otra
y el ojo de la una, júntese
con el ojo del otro
y en la alta montaña
de la buena voluntad, siembre,
la nueva familia,
su casa!
¡Ojalá!

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